jueves, 7 de febrero de 2013

BAT-FACHA, PERO BAT-CONTENTO





SPOILERS

Continuando mi saludable hábito de escribir sobre cosas que no están de actualidad, hoy me he decidido a fustigar el último flin hasta la fecha del Caballero Oscuro. Recordemos que The Dark Knight Rises se estrenó en julio de 2012, lo que nos da la suficiente perspectiva y el temple que requiere la disección de semejante mamarrachada audiovisual. Vaya por delante que Batman es mi personaje de ficción predilecto desde niño, y también que la nueva trilogía (hasta su mierdoso capítulo final) me satisface a medias.
 
Lo que peor llevo de la etapa nolaniana ("nolaniana", dícese del director Christopher Nolan) es la exagerada tendencia por los diálogos absurdamente retóricos (como este blog). Lo que consigue este señor cuando se pone tremendo es tomar al espectador por gilipollas y explicarle con detenimiento por qué está asistiendo a una obra trascendental y super-simbólica, o sea. Como ejemplo tenemos las secuencias del interrogatorio en The Dark Knight o el encuentro en el hospital entre Harvey Dent y Joker, también en la misma peli. En ambas el villano payasil se explaya detallando a la audiencia todo el rollo de la dicotomía orden-caos que representan él y Batman, lo cual se deduce sin mayores complicaciones a la vista de los acontecimientos. Aunque nos guste ver a Heath Ledger en plan guitar hero de la interpretación, la decisión de incluir estos diálogos nos demuestra claramente que Hollywood, o el propio Nolan, no están por la labor de que sea el respetable el que saque sus propias, y más que evidentes, conclusiones de lo que vemos en pantalla.
 
Es una lástima tomar unas decisiones tan bobas cuando el director nos regala secuencias tan brutales como esta, que definen a Joker con una precisión aplastante.
 
Batman no da abasto
 
Mis ilusiones con The Dark Knight Rises fueron destruidas por una serie de cagadas que paso a detallar:
 
- La torpeza y el desatino con la que se vende su "mensaje". Que encima es absolutamente rancio y fascistoide, aunque eso me importa menos. Luego sigo.
 
- Un guión que intenta abarcar demasiadas tramas y que son resueltas toscamente: que si me quitan la empresa, que si aparece la fulana esta que me roba, que si dan un golpe de Estado los perroflautas, que si esta otra chorba no es lo que parece, que si vaya somanta hostias me suelta la Bane, que si me encierran en la caverna de Platón, que si ojito con los maderos que son más superhéroes que nadie, que si la chorba primera juega conmigo malamente con erótico resultado, que si lo dejo con mi mayordomo de toda la vida, que si aparece el Chico Maravilla pero menos ridículo que en los tebeos, que si abran paso que voy con un petardo nuclear, etcétera.
 
- Un villano excelente en la primera mitad de la película para luego rebajarlo a vulgar títere y liquidarlo en una escena increíblemente estúpida y de una pereza mental alarmante ("id abreviando que vamos mal de tiempo").
 
- Aquí me voy a poner en plan frikazo: ¿qué cojones hace Batman luchando a plena luz del día?
 
- Y una traición inaceptable al espíritu del personaje: Batman rehace su vida y es feliz con su chorba. En su día se criticó mucho la decisión de Tim Burton de que Joker fuera el asesino de los Wayne, así como el hecho de que el murciélago liquidara sin miramientos a sus enemigos. Sin embargo, lo de Bruce y Selina felices en Venecia destruye por completo la esencia del superhéroe: Batman jamás podrá ser feliz por mucho que lo intente, es un tipo igual o más chiflado que sus enemigos. Esto sí lo supo entender Burton a la perfección.
 
La nena
 
En cuanto a los aciertos, alguno hay.
 
- La paliza que la Bane propina a Batman. Casi la única escena de la trilogía donde se ven las hostias con más o menos claridad, lo suficientemente física y realista para que te duelan los golpes. El momento Knightfall casi me hace llorar de la emoción.
 
 
- Concretamente, el culo de Anne Hathaway en traje de cuérez.
 
Batman contra los kalimotxeros
 
Resulta que la Bane pretende dar una especie de golpe de Estado y devolver the power to the people en Gotham. Para ello deberá eliminar a los capitostes del poder financiero/empresarial, entre ellos a nuestro Brucie-Batman. Los discursos del malo al respecto van envueltos en una perorata que no sabemos muy bien si es una parodia involuntaria o un editorial de Intereconomía denunciando los peligros que representan movimientos como Occupy Wall Street o nuestro castizo 15-M. Y es que el ejército de antisistemas usado por el villano está formado por convictos, nada de deshauciados ni de parados de larga duración. Vamos, que el capitalismo engendra pobreza y desigualdad, como muestra la desdichada infancia de la Bane, pero la única alternativa a ello son el caos, la anarquía y los tribunales populares compuestos por chiflados (los jacobinos meets Arkham Asylum).
 
De un héroe como el que nos ocupa nadie espera un mensaje revolucionario ni mínimamente progresista: es un niño rico muy traumatizado y muy loco. A diferencia de los niños pobres, tiene pasta suficiente para dar rienda suelta a sus neuras con técnicas detectivescas y, de paso, repartir bofetones a lo ninja. A pesar de ello, mi amor por Batman sigue y seguirá intacto. Lo que me toca la mandarina es que el barniz pseudo intelectual que Nolan ha intentado dar a la saga en sus tres capítulos (a saber, en cada una se trata, respectivamente: el miedo, el caos y la alternativa a este último) destroza por completo la entrega final por su elección de meter las narices en política, y eso que todos sabemos que no hay que meterse en política, como diría Antonio Alcántara pre-UCD. Todo entretenimiento contiene, inevitablemente, una interpretación de la realidad, ya sea intencionada o no. La chorrada esa de la objetividad es un mito, como nos decían en la facultad. Si se hace adrede, el tiro puede ser certero (caso de fantasías pluscuamperfectas como el Watchmen original o Robocop) o un completo desastre, como es el caso de las aventurillas de Batman. Ojo, que no censuro que el mensaje sea neo-con, sino la torpeza con la que me lo venden. Lo mismo pensaría si este Batman me intentara endosar un panfleto anarco sindicalista con la misma falta de inteligencia.
 
En los 90's todo era mejor
 
Así que, una vez finiquitada la trilogía, sin duda me quedo por razones sentimentales y estéticas con el mundo de seres tarados que imaginó Burton en los noventa. Disfruté mucho con Batman Begins y The Dark Knight (sí, yo soy de esa gente tan original que flipó y flipa con el Joker moderno), pero esta última se toma tan en serio a sí misma, está tan mal escrita y tiene tan poca sutileza que su afán grandilocuente le hace volar por los aires.

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