miércoles, 23 de mayo de 2012

MUDHONEY- SALA EL SOL- JULIO 2007: HERE COMES SICKNESS!!!!

Con este post rescato entradas del legendario  http://sekitumi.blogspot.com.es/. Iré añadiendo poco a poco todas las salidas de mi puño y letra menos las que den más vergüenza ajena. O no. Ya veremos. Todas llevarán la etiqueta "sekitumi".

Creo poder afirmar que el pasado jueves 12 asistí al mejor concierto de lo que llevamos de año y a uno de los más intensos y memorables que haya visto nunca: Mudhoney en Madrid. Lo primero a destacar es, de nuevo, la merecida hostia que debería haberse llevado el gañán de la mesa de sonido, que logró dejar sin voz a Mr. Mark Arm en tres ocasiones y dejó a un volumen mínimo algún que otro hachazo de fuzz del señor Turner. Ignorando la falta de profesionalidad del sujeto en cuestión, los de Seattle dejaron un sabor de boca inmejorable entre el público. Sigo a esta banda desde los dieciséis años y esta vez (era la segunda ocasión que los veía) me dieron justamente lo que esperaba de ellos: sudor, intensidad, rudeza y tormentas de distorsión.

Recordemos que Mudhoney son, en esencia, la primera banda a la que se aplicó el calificativo de grunge. Compañeros de escena de Nirvana y otras tantas glorias, su éxito comercial siempre estuvo muy limitado por la falta de concesiones y el descarnado espíritu de su sonido, ya que nunca han gozado de sensibilidad popera ni del gancho melódico de otros grupos amigos. Punk, psicodelia, garage y los fundamentos del ahora llamado stoner rock son sus credenciales, a las que unimos en los últimos discos un poso negroide que ellos se encargan de hacer sonar arrastrado y ácido, como debe ser. Este es uno de los secretos del grupo, como bien señalan en Riff-Fanzine: subvertir los géneros y adaptarlos a su particular estilo, que huye de la ortodoxia como de la peste.

El arranque fue espectacular: 'You got it' y 'Suck you dry' pusieron patas arribas la sala El Sol y marcaron lo que sería la actitud del público hasta el final: como si nos hallásemos en algún infecto garito de Seattle lleno de white trash descerebrados haciendo pogo continuamente. El bolo tuvo una acertadísma elección de temas, repasando todos sus trabajos y volándonos la cabeza con los pepinazos de su inicial etapa en Sub Pop. Así, cayeron 'No one has', 'Sweet youn thing ain't sweet no more' (increíble interpretación de Arm), la infalible 'Touch me I'm sick', 'Mudride' (atención al mega solo de Turner, echando chispas con el wah-wah), la destructiva 'I have to laugh' (otra de mis favoritas), 'Into the drink'... De sus dos últimos trabajos, Since we've become traslucent y Under a billions suns, sonaron 'Inside Job', y las fenomenales 'Where is the future', 'It is us' y 'Hard on for war' (colosal riff). Antes del bis, descontrol absoluto en las primeras filas con 'In 'n' out of grace'. Durante el solo de batería, era patente el feliz desconcierto de la banda ante el entusiamo del público, ante el cual respondieron con generosidad y derrochando carisma. En la segunda parte, Arm se transformó, más que nunca, en una especie de Iggy Pop rejuvenecido y nos dejó directamente sin aliento. Histérico y divertido a la vez, se descolgó la rítmica para obsequiarnos con la faceta más sucia de la banda. 'Fix me', 'The money will roll again' (muy especial, ya que es un tema en el que colaboraba Cobain) y el apocalíptico final con 'Hate the Police' (con la voz de Arm llegando al paroxismo de rabia y desgañite) así lo atestiguan. Tocaron también otros tres temas que confieso desconocer, pero desde luego la adrenalina seguía fluyendo.


La banda acusa los años para bien, con una eficacia brutal sobre el escenario y bastante sobriedad escénica, si exceptuamos el memorable final, con Arm contagiado de la locura del público. Turner es un guitarrista que patea el culo de los virtuosos de academia con su particular sonido y la capacidad de asumir influencias y deformarlas. Por supuesto, no faltó el proverbial e influyente sonido de fuzz saturado y el wah- wah más sucio y descarado. Dan Peters es una puta bestia con las baquetas y Guy Madisson ya es miembro plenamente integrado, posiblemente mejor músico que Lukin. Y premio especial para el jefazo: Mark Arm. Esto es un frontman y lo demás son gilipolleces. Cantó con una rabia y una potencia descomunales, demostrando que sus limitaciones vocales son compensadas con el sapientísmo uso que hace de su registro nasal, amén de una capacidad infernal para el alarido. Como ya he dicho antes, no es nada fácil clavar como hizo la interpretación de 'Sweet young thing...', donde no pude evitar soltar un 'joderrrrr' al final de cada estrofa. Piel de pollo constante con su vozarrón quebrantado. Y derrochando actitud en su momento iguana. De nuevo, Mudhoney, PUTOS AMOS.

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